Existe una variedad de enfermedades pediátricas, y específicamente existen enfermedades comunes en niños en temporada de calor:
OTITIS EXTERNA AGUDA
Se asocia comúnmente a pacientes que practican natación y que pasan un tiempo considerable en piscinas. Corresponde a la inflamación o infección del canal auditivo externo.
Lo que ocasiona es que al mantenerse húmedo por un tiempo prolongado, los mecanismos de defensa locales se afectan ocasionando que haya una descamación del tejido, produciendo una fisura y siendo ésta una puerta de entrada para que ingresen los microorganismos. Existen otros factores de riesgo como un cuerpo extraño en el oído, limpieza con cotonetes, trauma, uso de dispositivos de audio o audífonos, entre otros.
Los principales síntomas son dolor de oído (otalgia) que se intensifica al momento de masticar o o al mover el pabellón auricular, comezón (prurito), menos frecuente oído tapado (plenitud ótica) o disminución de la agudeza en la audición y pocas veces salida de secreción purulenta por oído (otorrea).
GASTROENTERITIS AGUDA
En época de calor los niños son más susceptibles a infecciones gastrointestinales ya sea secundaria a infección por virus, bacteria o parásitos o por ingesta de alimentos contaminados o con mal almacenamiento.
La duración de la mayoría de los alimentos en el refrigerador son entre dos y cuatro días y se debe tener mayor precaución con los alimentos más susceptibles a su caducidad como lácteos, carnes, pescado y mariscos.
Los principales síntomas son evacuaciones líquidas (diarrea) con o sin moco y sangre. Vómitos, náuseas, en ocasiones fiebre y poca ingesta de alimentos y bebidas (hiporexia).
El tratamiento principal es una adecuada hidratación y dependiendo de la valoración médica se indicará una dieta adecuada, un plan de hidratación, tratamiento sintomático o si lo requiere tratamiento antibiótico, no todas las infecciones gastrointestinales requieren manejo antibiótico, las indicaciones para su uso son muy específicas.
GOLPE DE CALOR
Un golpe de calor es un caso muy grave de aumento de temperatura, posterior a un calentamiento excesivo del cuerpo por exposición a altas temperaturas o ejercicio intenso. Se debe a un fracaso agudo de la regulación térmica y es una urgencia médica.
Los bebés y los niños en edad escolar son más susceptibles por la inmadurez de sus mecanismos de termo regulación y porque su cuerpo está compuesto en su mayoría de agua.
Las principales causas son exposiciones excesivas al sol o ambientes secos, actividades físicas intensas en climas de altas temperaturas o en horas pico de mayor calor, dejar a los niños encerrados en automóviles en lugares calurosos y con poca ventilación, poca o inadecuada hidratación en climas calurosos o muy húmedos.
Algunos síntomas son: deshidratación como llanto sin lágrima, boca seca, saliva espesa, irritabilidad, agotamiento, debilidad, cansancio, dolor de cabeza, mareo, náusea, vómito, manos y pies hinchados (edema), calambres, desmayos, fiebre mayor de 40° C piel seca, caliente e irritada en zonas de pliegues (axila, cuello, codos, ingles), respiración superficial, ritmo cardiaco rápido, convulsiones.
Para su tratamiento si el niño está inconsciente, se debe retirar la ropa ajustada y acudir inmediatamente a un servicio de urgencias. Si está consciente, mantenerlo en ambiente fresco, con adecuada ventilación e hidratarlo con electrolitos o vida suero oral, no se debe sumergir en agua helada ya que no se recomienda una disminución brusca de la temperatura.